sábado, 12 de julio de 2008

Lolita Pluma, Catalina Park, o tempora, o mores... (1)


“ Rebotada” del blog de Chamán Triste y el Dr. Krapp, y en concreto de su entrada Rosas de trapo: Volviendo a Las Marías, plantifico aquí, sin originalidad mardita, una entrada sobre un personaje de LPGC, ya fallecido, que (dicen los que entienden y redactan periódicos) “forma parte del imaginario popular” de la ciudad: Lolita Pluma, a quien conocí de niña, y temí, como suele pasar con estas personas (que no personajes) marginales dentro de una sociedad urbana que las pseudotolera. Tenía una lengua, la señora... Solía llevar caja de cartón repleta de chicles Adam's americanos de muchos sabores y postales para los turistas. Alimentaba gatos tiernamente, y su guardarropía y maquillaje eran dignos de una peli de Almodóvar.

En el anuario de 1987 de la edición digital del periódico Canarias7 podemos leer su obituario:
‘Santa Catalina Park’ pierde a Lolita Pluma
Lolita Pluma es uno de los personajes más extravagantes, populares y entrañables que ha tenido Las Palmas de Gran Canaria. Lolita falleció el 21 de febrero, a las nueve de la noche, en el Hospital lnsular, aquejada de graves problemas estomacales y por una inflamación en el hígado. La noticia de su fallecimiento causó dolor y consternación entre sus abundantes amigos del parque de Santa Catalina. Era una enamorada de los gatos; alimentaba a todos los que se encontraba. Lolita nació accidentalmente en La Isleta, un 4 de marzo de 1904, aunque su familia procedía de Arucas. Conoció el parque Santa Catalina de niña por medio de su abuela que la llevaba allí cuando bajaba a la capital grancanaria. El apodo de pluma le viene de herencia. Ya se lo llamaban a su abuelo y a su padre porque eran de los pocos que sabían escribir a plumas en aquel entonces. Se casó, se separó y se vino al parque Santa Catalina, donde se dedicó a vender flores de papel y luego sus fotografías.


Si es que los apodos o "nombretes", como aquí se dice, se heredaban. Como en tantos sitios, supongo.

(Otros personajes -personas- de Las Palmas de Gran Canaria, aunque de distintas épocas -yo sólo conocí a Lolita-: el trío completo: Lolita, Andrés el Ratón y Pepe Caña Dulce. Aunque se quedan atrás otros más lejanos, como la Perejila).

En otros sitios se dice que Lolita Pluma fue prostituta en sus años mozos, aunque no sé yo, con esos padres cultos. Chi lo sá. Procaz y deslenguada, sí que era, pero también es que le tiraban de la lengua, para reírse, y contaba con el salvoconducto de su supuesta locura para salvarse de guardias urbanos con sahariana y salacot y demás preservadores de la moral al uso.

En esta versión de la historia, la decadencia de su belleza la llevó a afearse aposta, como una visión de sí misma en el espejo del Callejón del Gato ("pa fea, yo"), rebeldía o burla contra el tiempo, el que todo lo puede.

Como pasa con tantas "señas de identidad" reales o fabricadas de muchas comunidades, de la desgracia (o no; repito: quién sabe...) de esta mujer luego se hicieron loas y homenajes. No había entonces Bienestar Social. Por lo menos no la encerraban por la Ley de Vagos y Maleantes...

Buceando en internet, arribo a una curiosa web titulada “Los animales tienen la palabra”, donde el autor incluye gente que, a su juicio, defendió a los animales; personas tan dispares como Larra, Lope de Vega (se copian textos suyos en contra de la llamada fiesta nacional, ugh, qué fatiga, la matanza de toros), y… Lolita Pluma. Recogemos de esta web:

En el año 1904 nace Doña María Dolores Rivero Hernández popularmente conocida como Lolita Pluma. Entrañable personaje popular de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria (España). Lolita Pluma, icono de imagen extravagante que trascendió el ámbito local y alcanzó conocimiento y atracción internacional. En el escenario cosmopolita de Santa Catalina fue una auténtica figura, que concentraba todas las miradas y provocaba todos los comentarios. Su imagen dio la vuelta al viejo continente en los álbumes domésticos de mucho hogares de Estocolmo, Gotemburgo, Oslo, Londres, Amsterdan y otros mucho lugares, habrá más de una fotografía con la imagen de Lolita, en la que aparece su rostro lujuriosamente pintado, su pelo sujeto con cintas de colorines y los perros y gatos que la acompañaban permanentemente.

Era la época de Catalina Park, título de una novela del escritor canario Orlando Hernández, de la llamada "narraguanche", especie de boom narrativo isleño a la par que el hispanoamericano, aunque menos; el bullicio cosmopolita de los años 70, caóticos, destrozadores de patrimonio histórico pero hacedores de fortunas y de juergas y turismo europeo sin salir de la ciudad, sin ir todavía a las dunas del Sur, remanso de la Playa de Las Canteras; años de caciquismo y a la vez de cultura emergente que hacían de la capital grancanaria una ciudad única en España, con su puerto franco, su teatro original, su duty-free, sus mil razas, mil nacionalidades, cartas de restaurantes en sveringe, en suomi, en "doschland" (je), francés e english spoken hasta para las prostis; la flota soviética (aún queda el nombre en las cías. de LP: SOVHISPAN, ni perestroika ni ná: somos así -lean el enlace, que tiene jugo...-), y la coreana desembarcando día sí día también a arrasar los recién nacidos cines X, las calles de mujeres que fuman y las tiendas de los pacificos hindúes (las púberes temerosas de Dios teníamos que apartarnos a su paso, madre cómo venían, más salidos que el pico de una mesa: fijo te agarraban una teta, aunque fueras cual tabla del planchado, o del altiplano; luego dicen que por qué algunas somos feministas -anoto: idea para otra entrada-); quintos de la mili llevándose a mansalva cartones de tabaco americano-americano, jeans Levis etiqueta roja y aparatos electrónicos comprados en las tiendas de los indios; entrada en Barajas para vuelos procedentes de Canarias en terminal aparte y con aduanero feroz, y el famoso cambulloneo, que, si bien fue, strictu sensu, anterior en el tiempo, su espíritu isletero y buscavidas perduró más allá de la posguerra (le dedicaremos otra entrada al cambullón o cambuyón, si no me da por procrastinar más de la cuenta; ya adelanto que la autoproclamada y muy subvencionada "Academia Canaria de la Lengua" -sic- da una muy mala acepción o explicación de esa palabra, a mi gusto).

Volviendo a Lolita:

Blog de cocina donde se menciona a Lolita Pluma y una receta de cherne -que noooo es el merooo- (Nota: el hotel mencionado en este blog es el Don Juan, para los que tenemos una edad… Para los que tienen menos, será Los Bardinos o el AC Hotel Las Canteras… Cilíndrico y singular antes de que se inventara el término para los edificios que afean las calles de las ciudades que se quieren cosmopolitas sin serlo (no es el caso de Las Palmas de Gran Canaria, o no lo fue, aunque pudiera serlo, a este paso, con el adocenamiento reinante).

Continuará...

P.D. Prometo jamón ibérico de bellota para quien me diga cómo leshes se activa la reproducción en orden aleatorio de la playlist; estoy empezando a tener pesadillas (despierta, que es lo grave) con banda sonora de Rehab, de la Amy W.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nada que solo felicitarte por tus comentarios sobre Lolita Pluma. Yo también la conocí y la temí de pequeño cuando nuestros padres nos llevaban al parque y a pasear por la calle Ripoche y a tomar pescadito a casa Julio. Hace algunos días pasé por el parque después de años (me fuí a vivir fuera de la isla) y ví la estatua y me quedé un rato pasmado por todos los recuerdos que afloraron de repente. Ay aquellos años de Las Palmas (que no GC) en que cojíamos la 1 para ir al puerto a la playa. Un saludo